Porque el problema real es la pulsión irrefrenable por el uso de vehículos privados. Alonso propone un más que reducido "carril bus" (no entiendo por qué no le llama carril guagua) y una modificación de horarios lectivos. Como demuestra Acosta, medidas que son saludos a la bandera, cuando el problema es que todo y toda quisque quiere ir y venir en su coche. Uno por quisque.

Y, agrego yo, se dirá que por eso Alonso se empeña en construir un tren. Y yo contestaré que, antes, las argumentaciones no podían ser más que teóricas, pero ahora, ya tenemos la evidencia empírica, con la experiencia del tranvia metropolitano. El transporte colectivo guidao no resuel ve el problema, porque se limita a sustituir al otro colectivo, la guagua. Pero los y las quisques del coche particular siguen siendo del mismo orden.

Mientras no se convenza a la quiscada de su error, carísimo error, el trasnporte colectivo, guiado o no, se queda para la gentilla pobre o para las pocas almas que nos queda un pizco de conciencia cívica.

http://eloikos.blogspot.com.es/2015/01/horarios-y-el-carril-bus-de-carlos.html