Eduardo Garzón ofreció en TWITTER en forma de hilo este didáctico texto.
Fíjense que ya es raro el día en que no repitamos estas verdades que otra vez el incansable Juan Torres derrama en esta entrevista que le hace Henrique Mariño en PÚBLICO y que señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado. Verdades: Lo que les interesa a las grandes empresas, es bastante distinto de la conveniencia de las personas. Las empresas pretenden retomar la senda perversa anterior a la pandemia, aunque eso signifique terminar de destrozar la habitabilidad del Planeta. Esto se nota con claridad pura en esta canarias desde la que yo, Chema Tante, escribo. Para cumplir sus maléficos propósitos, las empresas mantendrán sus estrategias de dominación de los poderes políticos. Por tanto, la gente, ustedes y yo, tiene, tenemos que presionar. Ya lo digo, Es hora de levantarse.
MAGNET, EL ECONOMISTA, EL PAÍS, DINERO, son algunos de los medios que informan, sin excesiva rimbombancia, de algo que a mí, Chema Tante, me parece significativo. Como dice Fernando Sabaté, que ha levantado el conejo., "Ya que importamos kiwis desde Nueva Zelanda (qué barbaridad), podríamos importar esto también". Porque eso del PIB, igual que lo de la renta per cápita son falacias idénticas a la del pollo estadístico. Analistas y comentaristas pegan alaridos de alarma o satisfacción, cuando sube o baja el PIB, cuando, dicen, crece o baja la economía. Pero a la gente común y corriente, las y los pobres, no no enteramos de si sube o baja el endiablado PIB. Nuestra parte del pollo es más bien raquítica. En Nueva Zelanda, a partir del día 30 de mayo, no se tragan la descomunal mentira. Y empiezan a trabajar con la verdad.
Ya he tratado el asunto en La casa de mi tía. Lo contaba Alejandra de la Fuente en PÚBLICO. Y, en este reportaje en CUARTO PODER que señala Federico Aguilera Klink, Óscar F. Civieta vuelve sobre el tema. Nunca faltan, más bien sobran, las empresas dispuestas a aprovechar la ocasión para rebañar un dinero de manera fraudulenta. Son empresas que han mantenido, incluso aumentado, su actividad y su beneficio, pero inscriben a su personal, aunque están trabajando, en los procedimientos de ayuda arbitrados por el gobierno. Y yo, Chema Tante, digo que esas empresas, sus accionistas y sus responsables son culpables. Pero el gobierno, on su sempiterna complacencia ccon las empresas, con un contro laxo, también es culpable.
Desde su EN CANARIAS, Ángel Rivero aborda de nuevo el tema de las acciones públicas en materia social. Rivero reflexiona desde la perspectiva local de su Telde, y lo mejor que hace, porque esa óptica sirve, por una parte, para representar a otros municipios igualmente sensibles con las angustias sociales y, por la otra, para reprender y avergonzar a quienes no lo son.