En estos momentos fatídicos, los y las (ir)responsables de los gobiernos del mundo se rompen los sesos, buscando soluciones para el descomunal coste de para el mundo (sin que podamos bajarnos de él) para ver si la Humanidad escapa de esta peste en que le ha metido la codicia neoliberal. Mentes preclaras -las de la izquierda- y lerdas -las friedmanianas- proponen mil y una maneras de recomponer el estropicio. Y aquí está Michael Hudson, desde CAPITALISMO AL DESNUDO y GLOBAL RESERACH con la idea obvia y novedosa. O no tan novedosa, porque el propio profesor Hudson, y Eric Toussaint, que llevan años estudiando la cuestión, han demostrado que desde que existen las finanzas, las deudas públicas se han condonado o rechazado, sin que el mundo se acabara. De manera que con un jubileo de la deuda, un romper y cuenta nueva, aparecen y no por arte de birlibirloque precisamente, los recursos que harán posible la recuperación, hasta que los chicos de Friedman nos jeringuen otra vez. Aunque yo, Chema Tante, añadiré que si a eso se añade la recuperación de lo afanado por los pillos, del rey para abajo, todos y un sistema fiscal equitativo, todos los problemas económicos podrían salir adelante. Podremos decir que la noche habrá pasado ya amanecerá el  nuevo día. Si el neoliberalismo, insisto no nos oscurece el sol.

Francisco Morote, de Attac Canarias, señala este didáctico artículo de Michael Roberts, en SIN PERMISO y en la web de la propia ATTAC CANARIAS, en el que se reflexiona sobre algunas de las probables causas de esta pandemia y de las que toda seguridad vendrán. La ciencia y la codicia neoliberal han jugado sin prudencia ni contención con las posibilidade que ofrece el avance tecnológico, sin preocuparse de las consecuencias. Y después paga toda la Humanidad. Y, `por,otra prte, como ya se ha dicho muchas veces, la estupidez de las teorías neoliberales, pulverizando los resortes públicos, dejan sin defensa a las sociedades frente a estas amenazas

Esta que sirve EFE y que difunde una buena cantidad de medios, parece una tragedia. De hecho, para los y las comentaristas y analistas con el coco comido por el neoliberalismo, lo es. Pero no es para tanto. Yo, Chema Tante, creo que, incluso, es al contrario. Una vez más viene a cuento aquello de que si no se paga una deuda millonaria, quien no duerme es el acreedor. En esta misma edición de La casa de mi tía, comento la notable entrevista que le hacen a Michael Hudson:  Para desarrollarse hay que dejar de pagar la deuda.   Sin embargo, vale la pena reflexionar sobre la tremenda magnitud de la Deuda libanesa, 170 por ciento del PIB y sobre el destino que habrá tenido es ingente cntidad de dinero. La información la señala Francisco Morote, de Attac Canarias.

En 2018, Michael Hudson publicó su famoso libro "...and forgive them their debts" (no lo he visto traducido al español). Porque este economista y antropólogo sostiene que hay que estudiar la historia de la economía y, así, entender que las deudas impagables (no digamos las odiosas y las fraudulentas) es mejor, para la propia estabilidad económica, condonarlas. En esta entrevista que el hace Rees Jeannotte en OBSERVATORIO DE LA CRISIS y ASTURBULLA y que recomienda Federico Aguilera Klink, Hudson desarrolla sus tesis y, de paso refiere algunas de las brutalidades perpetradas por el capitalismo y, en estos tiempos, perfeccionadas por el neoliberalismo. Eso se consigue, ignorando, como dice Hudson, las enseñanzas de la evidenci histórica. Y yo, Chem Tante, recuerdo que a la repugnancia que inspiran las atrocidades de la oligarquía se une l indignación de esas personas sabihondas que se revisten de autoridad científica económica, para propalar sus falsas doctrinas. Y, a título de anécdota, pero muy ilustrativa y ampliadora de lo que dice Hudson, Aguilera Klink añada un artículo de Eric Toussaint,  en ALAI, de 2012, sobre las anulaciones de deuda en Mesopotamia y Egipto hace 3, 4 y 5 mil años...

En la página de CADTM, Eric Toussaint vuelve a la carga con el tema de la Deuda Odiosa. Y hace bien, porque parece que la gente o no se te entera o lo olvida con facilidad. Y yo, Chema Tante, acerco este dato: el estado español paga 80 millones de euros diarios por los intereses de una deuda que, evidentemente, no han servido para solucionar las tremendas carencias sociales que sufre la mayor parte de la población. De manera que es una deuda que se ha contraído, exclusivamente para alimentar la corrupción y las estafas de la política y la corrupción. En este primer artículo, Toussaint hace una semblanza de este instrumento de dominación de los pueblos que es la Deuda y recuerda que en varias ocasiones de la historia en los dos últimos siglos, varios países se han negado a pagar la dichosa deuda, sin que pasara nada.

En EL PAÍS, Santiago Carbó comenta el que es síntoma clarísimo del deterioro global de la economía. El volumen no asumible de la Deuda. Una Deuda, Carbó no lo dice, pero es así, incrementada de manera ignominiosa por las malas maniobras de la corrupción. Y, para mayor desgracia, lo único que se le ocurre a los estúlticos teóricos del neoliberalismo que mangonean en gobiernos y en el FMI, para aliviar esta terrible situación, es, de nuevo, el recorte del gasto público. En lugar de una auditoria que normalice la Deuda y que haga a los responsables responder del desaguisado, otra vez, que la gente pobre pague la factura.

La Deuda de los estados ha sido históricamente un elemento perturbador de la política. Y ha sido también un arma eficaz con la que las oligarquías poderosas oprimen a la gente. En este clarito artículo de Juan Torres que Federico Aguilera Klink señala en NUEVA TRIBUNA y en el blog personal de Torres, GANAS DE ESCRIBIR, se demuestra que el Banco Central Europeo ha seguido al pie de la letra el manual neoliberal que ha conseguido que la Unión Europea se convirtiera en un elemento dinamizador del neoliberalismo, desertando de la vocación de solidaridad y convergencia con la que nació. Como nos cuenta Torres, el BC ha contribuído a hinchar artificialmente las Deudas Públicas de los estados de la Unión, cargando intereses inexplicables, cuando lo que presta es un dinero contable, surgido de la nada. Lo que desde luego, no se entiende es que todavía haya economistas en gran cantidad, que justifiquen el neoliberalismo. En realidad, sí que se entiende: se trata de ignorancia o de venalidad. Porque, lo dice muy bien Aguilera Klink, esto es un robo en Europa. Un robo neoliberal.

En CONTRAINFORMACIÓN, importante artículo de Rafael Silva, sobre la gravedad del problema de la Deuda Pública, una de las armas esenciales del neoliberalismo en su estrategia de dominación global. La Deuda Pública acogota a los gobiernos y su existencia es la causa de la mayor parte de las tribulaciones que sufren los pueblos, Y hay que añadir, y lo hago yo, Chema Tante, que los gobiernos se endeudan, en una proporción significativa, para soportar los gastos suntuosos, innecesarios, de propaganda y bélicos. Y no hablemos de lo que supone la corrupción. Y que, en todo caso, si se implantara  un sistema fiscal equitativo y se eliminaran los dispendios injustificables, no haría falta que los estados se endedudarqn.

Ya dice el propio autor, siguiendo a Galbraith que las predicciones en economía son inseguras. El texto de Antonio Sanabria Martín que señala Francisco Morote (ambos, de Attac) en CTXT REVISTA CONTEXTO muestra cierto optimismo en lo que pueda ocurrir, cuando la Humanidad enfrenta, otra enésima vez, los riegos de una hipertrofia de las Deudas, la pública y la privada. Achamán le escuche, pero yo, Chema tante, considero que, pensando en que estamos en manos de los más alocados personajes que se hayan visto en la política desde hace mucho, el riesgo de que vuelvan tempestades bélicas alimentadas, como siempre, por la pasta debida, es muy fuerte. Como de costumbre, pero el problema es que ahora una guerra grande nos puede llevar a todas y todos a la catástrofe final. De manera que todo lo que se haga por solventar esto de las Deudas, será poco.