"Si Dios y Paulino quieren..." de repente, Inés se equivocó de orden

Se queja Inés en el Parlamento de que su nombre aparece todos los días en todos los medios. Por supuesto que aparece. Y aparecerá. Porque, aunque siga con la maña paulinar, de hacer como si la evidencia no eisgtiera, esa evidencia existe. En todo lo que hace, Inés, como Paulino, fracasa. Pero, como toca habvñlar de dependencia, hay que decirle a Inés que miente, una vez más. 

Y se ríen

Otra vez que hay que apelar al tópico de que sería ridículo, si no fuera tan trágico. Otra vez que Paulino administra su superchero truco de echarle la culpa de sus tropelías al gobierno de Madrid. Que tiene culpa, y mucha, pero que no puede ocultar la absoluta insensibilidad social de la pareja siniestra, Inés y Paulino. Quienes les quitaron la ayuda a un niño desvalido, fueron Inés y Paulino. Y para eso no valen las excusas.

Los colegios profesionales de Trabajo Social de Canarias queremos manifestar nuevamente nuestras discrepancias con la pésima gestión de la consejera de Cultura, Deportes , Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias.

Alternativa Nacionalista Canaria exige una gestión seria y responsable en este campo, por la importancia que tiene, sobre todo en los tiempos de crisis y sufrimiento que padece este Pueblo

No es que Soledad Becerril, marquesa de Salvatierra y se supone que Defensora del Pueblo sea precisamente santa de mi devoción. Pero esta vez, el Espíritu Santo, la Virgen del Rocío y el brazo incorrupto ( lo único icorrupto que hay por ahí) han inspirado a la mujer. Efectivamente, la gestión de Inés y de Paulino, no nos olvidemos de Paulino, ha sido y es un desastre, también, en materia de Depedencia.

En el Parlamento de Canarias se ha representado otro acto de la ragicomedia irritante que es la política en estas islas. Una pieza dramática, con esos protagonistas, los tres partidos que dominan el poder, no por mandato democrático, sino por el favor de unas leyes electorales que afrentan al estado de derecho. La dependencia, como todas las atenciones sociales en Canarias se gestiuona de una manera cruel. Pero la culpa es de los tres partidos.

Rodríguez dice que las críticas de los afectados y la oposición a la gestión de estas dos consejeras son “compartidas ahora por cualificados dirigentes” de Coalición

El trío de la mentira

La ligereza lleva a Inés, con su incontinencia verbal heredada de Paulino, a exigir en el Parlamento que nadie les llame, a ella y a su compinche Brígida, "coristas", por "hacerle el coro" a Paulino. Efectivamente, a este par de irresponsables, no se les debe llamar coristas, sino mentirosas, ambas, para tapar sus propias miserias. Ambas y también Paulino y toda cohorte, especialistas en soltar trola tras falacia, para decir que su gestión es la que no es. Esto pasa siempre, pero estos días hemos tenido dos ejemplos más. 

Inés y Paulino, la nefasta pareja

Si no tuviera tan dañinas consecuencias, la pasión con la que esta tía se aferra al cargo sería admirable. Esas bellas palabras que dice ahora, eso de la cobardía, serían de recibo si hubiera la más minima posibilidad de que pudiera enemdar tantos y tan garrafales errores como ha perpetrado en su gestión, en ardorosa colaboración con su inepto jefe, Paulino, la maldición canaria.

¿Dependientes? Lo que nos importa son nuestros chollos

4.000 personas con derecho a prestación han muerto en el Archipiélago sin haber recibido ningún subsidio. Más del 50% de los dependientes de las islas no han recibido ayuda frente al 20% del resto del Estado. Por eso, los directores y gestores de servicios sociales piden la dimisión de Inés Rojas. Lo que pasa es que a Paulino y a Inés, la situación de la gente dependiente, le inspira tanta preocupación como la del resto de la población canaria: Nula. Nula preocupación. Lo único que les interesa, a esta pareja ruin, es perpetuarse en el chollo fabuloso de sus cargos. Y se necesitan, el uno y la otra. Inés, obviamente, porque Paulino es quien nombra. Pero Paulino, ah, amigos y amigas, porque los votos de Cc en Lanzarote dependen de inés. Rota la baraja.