La casa de mi tía
Unas personas, en el Congreso, en el velorio de Suarez; otras, en Sol, en el Campamento Dignidad. Mientras la gente favorecida, opulenta, llora a Suárez, la gente de los pueblos del estado español sigue buscando la solución a este laberinto infernal en el que la "democracia" de los de arriba nos ha metido.
Se murió el hombre, y hay que lamentarlo, aunque la verdad es que ya descansó de su sufrimiento. Y ahora, una parte -pequeña parte, la de arriba- del estado español hace su duelo y se llena la boca hablando de la "unanimidad" en el agradecimiento a quien "nos trajo la democracia". ¿De qué democracia están hablando? ¿De la que hace posible que tipos como Rajoy o Paulino ostenten sus presidencias respectivas, con un tercio del electorado, uno y con el quince por ciento, el otro? ¿de la que obtiene el bienestar de una minoría sobre el sufrimiento de la inmensa mayoría?