No será porque no se haya dicho y repetido. Pero no sirve para mucho. En los medios mercenarios, en los espacios sociales de análisis y debate, se siguen venerando los postulados neoliberales como si fueran dogmas incuestionables de la teoría económica. Pero lo cierto es que la rizada del rizo capitalista, el neoliberalismo de Friedman, no solamente es un error metodológico, una práctica nociva para la misma economía, sino una filosofía nociva para el Planeta y para el género humano, incluyendo la misma horda neoliberal. Chiqui, Iris Pérez, señala estas declaraciones que hiciera en 2015 a EN TORNO y reproducido por EL MOSTRADOR, ambos medios chilenos, por el llorado, fallecido en agosto, Manfred Max Neef. Max Neef lo deja claro. El neoliberalismo mata a dimensiones de genocidio, impunemente, y ha generado una regresión social pavorosa. Nada nuevo, por cierto. Porque el neoliberalismo ha sido el arma fundamental en la ofensiva de las oligarquías financieras mundiales para recuperar los privilegios que perdieron tras años de lucha popular. La desaparición de la Unión Soviética, que operó como dique protectos de las clases trabajadoras, abrió la caza libre.
Francisco Morote, de Attac Canarias señala en NUEVA TRIBUNA y en la web de la propia Attac, esta nueva insistencia en una verdad repetida pero poco asumida. Juan Antonio Molina cumple con la obligación de repetir algo que debería estar todos los días en los titulares. El neoliberalismo, genocida y suicida, no solamente mata y atormenta, sino que lleva al desastre al propio sistema económico.
Enric Bonet ofrece en PÚBLICO esta didáctica crónica, apoyada en multitud de declaraciones de toda laya, para intentar esclarecer las auténticas características del tan tergiversado y malinterpretado episodio histórico del Mayo del 68 en París. El coherente veteranno militante socialista Antonio Aguado recomienda y comenta la crónica.