Una de las primeras tareas que debe emprender un profesor de Lengua Española en el aula ha de ir dirigida, fundamentalmente, a evitar las confusiones lingüísticas como sucede con las voces lengua / dialecto, lengua / lenguaje. Así, escritores hay que usan el convencional lenguaje cromático de la rosa (roja –Garcilaso-; azul –Lorca-; blanca –Martí-; dorada –Alonso Quesada-) para dar a entender algo y, a la vez, embellecer el estilo con tal código de colores. (Sí, es cierto: embellece, hermosea. Pero, a la vez, dificulta la comprensión del texto si no se sabe –estrato superior- por qué la rosa lorquiana «de tu vientre» es azul, por ejemplo.)