Los concejales no adscritos Javier Gil y Carlos Álamo solicitaron en Pleno una ordenanza para la concesión del IBI social, que permite la subvención del Impuesto de Bienes Inmuebles
Los Concejales no Adscritos en el Ayuntamiento de Agaete Carlos Álamo y Javier Gil quieren denunciar por segunda vez consecutiva la actitud del Alcalde de Agaete, Juan Ramón Martín (PSOE), y su equipo de gobierno, al convocar un nuevo Pleno Ordinario para este martes 19 de septiembre vacío de contenido, sin un Orden del Día, ni una sola propuesta constructiva para el municipio.
Los Concejales no Adscritos Carlos Álamo y Javier Gil ponen en conocimiento de la ciudadanía de Agaete el despilfarro que se está cometiendo por parte del gobierno municipal con la realización de una maqueta que ha costado a las arcas públicas 8.175 euros.
El colectivo social Agaete sin macromuelle presenta el video de campaña “Salvar Agaete: Macromuelle No” e invita a la ciudadanía al espacio de reflexión dentro de BioAgaete Cultural y Solidario en el que mostrarán el proyecto y sus consecuencias socioambientales
Los Concejales no Adscritos de Agaete, Carlos Álamo y Javier Gil, denuncian la obstaculización democrática del gobierno municipal, conformado por el PSOE y NC, tras la celebración del Pleno Ordinario este martes 18 de julio, en el que se prohibió a los Concejales no Adscitos presentar dos mociones por la vía de urgencia.
En el Valle de Agaete hay piscina, pero no se puede usar por aparente falta de sentido común y desajustes entre políticos, por más que los perjudicados son los de siempre: sus frustrados usuarios. Por otra parte, algunos periódicos llegan a conclusiones opuestas ante una realidad -indiscutible avance del PSOE- a pesar de que el punto de partida sea el mismo y, además, confirmado por encuestas.
Los Concejales no Adscritos de Agaete, Carlos Álamo y Javier Gil, han analizado la situación política que vive el municipio, con un gobierno en minoría desde hace medio año y del mismo modo han tratado los asuntos de actualidad municipal.
Cuando el obispo Pildain estaba sentado solemne en la silla de madera de tea en la plaza de San Pedro, las fieles se le acercaron en fila de una, las dos mujeres enlutadas de la “Vecindad de Enfrente”, casi en un susurro, le pidieron que velara por los que estaban siendo detenidos y asesinados por los falangistas.
