La MERP, Mesa por el Blindaje de las Pensiones, rechaza las presiones de Europa y llama a blindar las pensiones en la Constitución
Nota de Chema Tante: Reproduzco este recuerdo del Art. 46 de la Constitución de la II República que hace EL OBRERO y que recomienda Eduardo Montagut. Pero llamo la atención sobre le hecho de que, para la República, los mandatos constitucionales no eran postulados simbólicos, como se hace en este reino que Felipe Borbón heredera de su padre Juan Carlos y de su abuelo en política. Franco. No. Para la república, los mandatos constitucionales debían ser respetados y acatados. Y en eso estaba y por eso se le levantó la derecha cerril que necesito la fuerza parda y negra nazi fascista para reducir al pueblo.
Para recordar que no hace falta ser comunista ni socialista para tener conciencia social. La II República fue animada y conseguida por fuerzas de muy variada ideología. Sin embargo, ya tenía un contenido de mucha responsabilidad de apoyo al trabajo y a las clases trabajadoras. Además, en los pocos años en que pudo funcionar, sin el acoso de la derecha culminado en el pronunciamiento de una parte del ejército con la ayuda nazifascista, la República demostró su vocación de cumplir con su Constitución, no como este régimen monárquico que mira a su texto máximo con un ojo abierto y otro cerrado. Para este régimen monárquico solamente son de aplicación las normas que favorecen a las gentes afortunadas.. Los derechos a la educación, al trabajo, a la salud, a la vivienda, son derechos "simbólicos" no ejecutables. Quienes reclamamos la República exigimos la vuelta a la normalidad truncada desde 1939. Constitución, ya la tenemos. No es necesario más que actualizarla. Un poco. Eduardo Montagut señala este recordatorio que hace EL OBRERO de un capítulo esencial de la Constitución del 31
Pedro Oliver Olmo conmemora desde EL SALTO el vigésimo aniversario del último sorteo de quintos para el servicio militar obligatorio.
La autorizada opinión de Miguel Pasquau Liaño deja definitivamente clara la cuestión de la competencia que la Constitución pudiera adjudicar a las Fuerzas Armadas para dirimir cuestiones políticas, sean territoriales o de cualquier otra índole. Es muy sencillo y esto sirve, tanto para analizar hechos históricos -tan frecuentes en este imperio español- como para la coyuntura actual. Lo que hagan o dejen de hacer las Fuerzas Armadas, en toda circunstancia, lo decide su comandante. Y el comandante de las Fuerzas Armadas es el Presidente del Gobierno. Porque, aunque mucho militar y mucho político por ahí lo ignore, hasta esta Constitución heredada de Franco consagra el papel simbólico, no ejecutivo, del Jefe del Estado. De manera que los Tertsch, Ortega Smith, Abascal, Casado, Arrimadas y demás peña que están en el empeño de que las Fuerzas Armadas se metan en la política, pueden ir dejando de pensar que eso está en la Constitución. Para lo que tengan que pedir al Ejército,pueden dirigirse a La Moncloa, no al primer general que tengan a mano.
Valioso análisis de la situación política en este estado español, después de las elecciones, que hace Domingo Sanz en LAS REPÚBLICAS, que termina con un emplazamiento a Sánchez para que cumpla con sus promesas y con el ideario original de su partido.