Esta historia del abuso y el fraude con los ERTE ya se ha denunciado, desde los primeros tiempos de la pandemia. Se ha dicho, porque se ha sabido, que son muchas las empresas que han obligado a trabajar a su personal aocgido a ERTE. Y demás historias en las que muchas empresas son muy hábiles. Por eso a mí Chema Tante me resulta difícil comprender esto que dice Yolanda Díaz en la entrevista con Ignacio Escolar en EL DIARIO, señalada por el coherente veterano militante socialista Antonio Díaz. No puedo explicarme que la ministra de Trabajo amenace muy alto con "hacer público", a las empresas tramposas, pero no diga con igual contundencia, o más, que se hará que esas empresas y sus responsables paguen en los tribunales sus culpas, con dinero y con prisión. Porque ya le digo yo a la ministra que a esas empresas y a esas personas granujas les tiene sin cuidado que se haga publicidad de sus fechorías. 

La gente de CTXT brinda este significativo reportaje, que se basa en dato de OXFAM INTERMON, pero que refleja una realidad que vemos todos los días. La cantidad de trabajo, en su inmensa mayoría realizado por mujeres, no remunerado, pero que sin el que el mundo no podría funcionar. Y la solución, aunque parezca tan complicado aplicar, es muy sencilla. Se trata de dedicar una parte  de los impuestos con que necesariamente hay que gravar a las grandes fortunas y empresas, a pagar ese descomunal caudal de trabajo que ahora se ejecuta sin pago. De un plumazo, se produciría un trasvase de riqueza que contribuiría a equilibrar la abyecta desigualdad actual.

Siempre hay que mantener vivo el recuerdo de las víctimas del franquismo, pero en estos momentos en que rebrota la exaltación fascista haya que intensificar el esfuerzo, para evitar el olvido. Lo que hizo la derecha cerril levantada contra el gobierno legítimo de la República, fue más allá de una de todas maneras condenable acción bélica. El franquismo acometió una acción genocida asesina, en territorios por lo que ya la guerra había pasado. Por todo eso es importante este reportaje que ofrece María Serrano en Público, c0n datos de José María Sánchez Torreño y José Hinojosa Durán y que recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado

Para las oligarquías neoliberales y las cúpulas políticas corruptas, Julián Assange ha cometido el peor de los delitos: poner al descubierto sus miserables vergüenzas. En consecuencia, Assange debe recibir un formidable castigo, para que sirva de escarmiento para futuras tentaciones. Y eso es lo que están haciendo. El rencor y el temor de la banda sin escrúpulos que se está cargando el planeta, arremeten contra este hombre que ha descubierto -en parte- la verdad. En artículo que recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, en CTXT REVISTA CONTEXTO, y apoyándose en los datos del exdiplomático británico Craig Murray, que estuvo presente en el juicio, Rafael Poch relata la sarta de aberraciones que constituye el proceso contra Assange. Incluso, en una sala judicial británica, con injerencia patente de elementos USA, armados. Locura.