Mario Escribano ofrece en PÚBLICO este reportaje sobre una realidad muy deprimente que está presente en este estado español. El trabajo de Escribano, que recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, describe la frustración de la cantidad de personas que de la Universidad pasan al mercado laboral y no obtienen trabajo o lo consiguen en condiciones muy precarias y en una gran parte en posiciones alejadas de la formación académica que recibieron. Porque esa es la otra cara del drama, no solamente hay gente titulada en paro, sino que muchas otras personas que se ven obligadas a ganarse la vida en trabajos por debajo de su nivel profesional. Y estos datos sirven también pra cuestionar otros aspectos.Por ejemplo, la sacralización injustificada de las titulaciones universitarias. A muchísima gente se le ha hecho ver, equivocadamente, que el titulo superior era una garantía de trabajo y un resorte de promoción social. Paralelamente, la ceguera de los gobiernos hizo dejar de lado la formación profesional, que era y es mucho más efectiva, en términos de preparación para el mercado laboral. demás, no han funcionado, en realidad, porque no existían ni existen los servicios de orientación. El resultado, gente estudiando carreras para las que no tiene vocación, y legiones universitarias en puestos de trabajo subalternos, o en el paro. Y mientras atnto, montones de pusto de trabajo desempeñados por personas sin la adecuada formación.

Francisco Morote, de Attac Canarias señala y comenta dos textos muy interesantes, de Atilio Borón en LA HAINE y de Mario Osava en IPS, sobre si Bolsonaro es fascista y sobre la inesperada y sorprendente contención del ejército brasileño a las intenciones alocadas del nuevo presidente. Y yo, Chema Tante, agrego la referencia a una entrevista que le hicieron en 2016 en el nicaragüense ENVÍO, que reproduce UNISINOS, a Boaventura de Sousa Santos. El sociólogo portugués daba, hace ya cerca de tres años, unas claves interesantes que ayudan a entender esta desgracia que estamos sufriendo. la conclusión a que yo llego es que esto no es el fascismo del siglo XX, es el neoliberalismo, el fascismo de estos días.