Tita Apolo @tita_apolo recomienda esta artículo de George Monbiot, de 2016, aparecido en THE GUARDIAN y EL DIARIO y referenciado en La casa de mi tía entonces, y, otra vez, en noviembre pasado. Por aquellas fechas, como ahora, el neoliberalismo sigue siendo el culpable. Decía yo, Chema Tante que "el neoliberalismo,  en mi opinión, no es más que el fascismo de toda la vida, que se ha quitado la careta militar y nacionalista excluyente con la que se disfrazaba y se presenta ahora, como lo que es realmente: una ideología de dominación del planeta por parte de las personas ricas.  Y ahora, en 2020, con la invasión del Covid-19 se confirma que esa ideología fascista de dominación, con sus prácticas ecocidas y de desmantelamiento de las estructuras públicas, ha exacerbado el riesgo de desaparición de toda la Humanidad. Porque hay que repetirlo a todas horas, todos los días: lo que nos pasa, con  la pandemia, con el desastre climático, con la lacerante desigualdad fiscal, es culpa del neoliberalismo. Y quienes predican retornar de nuevo a las prácticas neoliberales, son reos de lesa humanidad.

"Texto extenso, pero fundamental" escribe Francisco Morote, de Attac Canarias, al señalar este texto, en verdad fundamenta, que Said Bouamama publica en su blog, y, en traducción de Beatriz Morales Bastos REBELIÓN, TERCERA INFORMACIÓN, JAQUE AL NEOLIBERALISMO. Extenso sí, pero es posible un resumen: La pandemia no es una catástrofe natural irremediable. Tiene sus causas (el ecocidio neoliberal) y la vulnerabilidad, que ha dejado sin defensa a la Humanidad ante la agresión vírica, tiene el mismo origen: el austeritarismo neoliberal. Y aunque el capitalismo está cada vez más debilitado, nada permite augurar su inmediata desaparición. Y yo, Chema Tante, agrego lo que siempre digo: el capitalismo morirá matando.

Juan Espino y Francisco Morote, de Attac Canarias los dos y el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado recomiendan este de verdad recomendable artículo que publica Vicenç Navarro en su blog y en PÚBLICO. Navarro, como tanta gente, experta o simplemente sensata, denuncia que la tragedia de la pandemia tiene responsables, las políticas austeritarias, ecocidas y discriminatorias del neoliberalismo. En definitiva, la neutralización de los recursos púbicos, para que las empresas hagan negocio

 Ellen Brown, en TRUTHDIG! nos cuenta la acción que está desarrollando AMLO en México. Una acción que demuestra la voluntad del presidente mexicano para enfrentarse l neoliberalismo. El artículo, que recomienda Federico Aguilera Klink con estas palabras "A ver si podemos darnos cuenta de dónde estamos y a quien sirven los gobiernos", se refiere al avance en la gestión pública del Banco Bansefi. Y tiene mucha razón Aguilera Klink, porque no se puede desarrollar una gestión progresista sin cintar con una banca pública. Y, yo, Chema Tante, lo volveré a decir: Si este gobierno PSOE UP no desarrolla una banca pública, no merece llamarse Gobierno Progresista   Y si no lo hace, también lo volveré a decir, demostrará que Alía Botín y sus cuarenta ladronas estafadoras tienen tanto poder como le suponemos. Por que una banca pública es la única manera de parar la estafa bancaria y de poner en marcha los programas de ayudas sociales y de justicia económica que se necesitan con urgencia, y no es broma, en este reino de Felipe el último.

En este artículo, que presenta estructurado de manera distinta en REVISTA ZOOM y LA HAINE, pero que es el mismo, Mariano Pacheco aborda el interesante, vital, tema del existencialismo del que se pasa, esto lo digo yo, Chema Tante, con toda facilidad al egoísmo y, de ahí, el neoliberalismo se presenta con toda naturalidad. Porque, si se prescinde del resto de la gente, el resto de la gente no importa y, de este manera, la legitimación de la Ley del más fuerte, consustancial al fascismo y al neoliberalismo es absolutamente lógica. El neoliberalismo, que consagra ese principio de que el pez grande tiene derecho machacarse al más chico es la sublimación del egoísmo. Por eso, ese 1 % -Chomsky dice que es el 0,1%-, puede mamarse la vida de miles de millones de personas y mirarse al espejo sin vomitar. Ese 1 o 0,1 por ciento y la maldita banda de economistas, gente de la política y periodistas que les sirven. Y hay que apuntarse a la solidaria máxima de Calvino que Pacheco incluye al final de su texto.

Después de tanto años recibiendo cachetadas de los oráculos de la teoría económica que proclamaban como dogma de fe la doctrina de los "chicos de Chicago" (si los ricos son más ricos, lo pobres mejoran), cachetadas que recibíamos unas pocas personas pensantes que resitíamos a tanta mendacidad, empiezan a proliferar los testimonios y los diagnósticos sobre lo que es la verdad. Y la verdad es que el neoliberalismo no ha sido ni es otra cosa que una burda añagaza que ha sido utilizada por las oligarquías para recuperar los pocos privilegios que perdieron tras siglos de lucha social. El neoliberalismo no busca más que retrotraer la historia. El coherente veterano militante socialista Antonio Aguado recomienda este lúcido artículo de Sheri Berman, publicado en SOCIAL EUROPE y en CTXT REVISTA CONTEXTO. Berman nos dice que para acabar con el neoliberalismo no hay otra manera que la resistencia y la denuncia. Y que estolo tiene que hacer la izquierda, porque si no, la historia se repetirá y nos toparemos con otro fascismo más potente. 

Con heroicas y no aisladas excepciones, la inmensa mayoría de las y los economistas, en los países dominados por la bestia neoliberal, están abducidos por las grandes fortunas, y defienden con ardor las malignas tesis de friedman. Ya lo decía Upton Sinclair, "es difícil hacer que alguien entienda algo si su salario depende de que no lo entienda". Por eso, además de atender a las y los economistas que es esfuerzan, en estos dominios neoliberales, escuchar a quienes profesan esta misma ciencia en los territorios que resisten al neoliberalismo. Como, por ejemplo, Pascualina Curcio, economista, profesora universitaria venezolana, que publica estos dos insignes textos en ALAI y que señala Chiqui (Iris Pérez) Una vez más, hay que gritar que el neoliberalismo miente y mata. Y yo, Chema tante, insistiré en que el neoliberalismo es el capitalismo llevado hasta sus últimas consecuencias, es el fascismo brutal del suglo XXI.

"De Seattle venimos, a Seattle volvemos", dice Patricia Simón en este insigne artículo en LA MAREA en el que recuerda el aniversario de la mítica acción en USA. La gente, alzada contra los tratados de libre comercio. Entonces, se pararon. Pero desde entonces, la codicia a lo bestia del neoliberalismo, con la complicidad de tanto gobierno que actúa contra los intereses y la voluntad de sus electorados. han seguido sacando estos tratados. Pero lo cierto es que en estos 20 años, el forcejeo entre quienes resistimo a la animalidad friedmiana y la ceguera de quienes siguen vendiéndose al vellocino de oro, sigua adelaante, con resultado desigual. Pero yo quiero esperar que, al final, venceremos, porque este planeta no puede más, porque la Humanidad no puede más.