Miguel Guillén Burguillos, en artículo que señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, recuerda y ensalza el papel de la gente comunista, durante la dictadura y en la truncada transición. Yo, Chema Tante, digo que hay que recordar que las y los comunistas aceptaron este régimen del 78, porque entonces se dijo que era una solución momentánea y que la Constitución y las normas evolucionarían hacia una auténtica democracia. Cosa que jamás se consiguió. Después de cuarenta años de franquismo declarado y otros tanto de franquismo heredado, tidavía en el lenguaje coloquial el término comunista rezuma un tinte despectivo. Y es preciso declarar que las y los comunistas se han distinguido en la lucha por la democracia, por la libertad, por la justicia social y la equidad fiscal. Comunista es un elogio, no un desprecio. Y para todas las personas demócratas debe ser y es un motivo de alegría ver que al fin haya comunistas en el Consejo de Ministras y MInistros. Lo proclamo, junto con Miguel Gillén.