Una de las características más llamativas de la política institucional de muchos ayuntamientos es su incapacidad para apoyar en el tiempo proyectos de interés para el emprendimiento local. En ocasiones pienso si la desconsideración hacia estas iniciativas económicas no será una insuficiencia congénita que se fue desarrollando en la medida en que se incrementaba el interés por inaugurar grandes obras con tijeras y banderitas, pero lo cierto es que esa tara se repite en muchos municipios de nuestra geografía insular.
Esta mañana hemos llegado al Mercadillo de Tegueste bastante pronto; o puede ser que los clientes, con tantos días de fiesta por en medio y tanta zaragata, han aprovechado para levantarse un poco más tarde y ocuparse más que de costumbre de sus retoños. Hay que decir que la mañana estaba esplendida, clara, con sol y temperatura elevada; los estantes, llenos de mercancía frescas y con gran variedad de colores con sus ensaladas, hortalizas y frutas locales del tiempo. Todas estas condiciones favorecían la comunicación entre agricultores y clientes que, entre los deseos de un excelente fin de año y sobre todo de un mejor 2013, permitía hablar de muchas otras cosas interesantes que, a priori, son ajenas al lugar, como intercambiar opiniones de todo tipo, hablar de valores humanos, creencias, lecturas,…
No es que los ciudadanos no les interesen es que para ellos hemos dejado de existir como tales. Nos han hundido en la miseria y a continuación borrado. Para sobrevivir, los más débiles, tienen que dar pena, estimular la miseria de sus conciudadanos para que, esos mismos que no llegan a fin de mes se quiten de su boca un kilo de arroz para compartirlo, muy solidariamente, con los que todavía tienen menos...
Esta semana ha sido una semana terrible. Existen muchos temas de actualidad de los que hablar a cual más importante y más acuciante: los desahucios, la huelga y las manifestaciones del 14N, la revuelta de la sanidad y la educación, el malestar que sigue aumentando, la violencia policial desmesurada ante unas manifestaciones pacíficas, las instrucciones judiciales contra la corrupción que llevan una lentitud…Paralelamente, ha habido toda una serie de asuntos que el gobierno ha lanzado a las primeras páginas de los medios de difusión para que los verdaderos problemas pasen a segundo término como el conflicto interno del PP madrileño (¿???) como consecuencia de la tragedia del Madrid Arena, las elecciones catalanas,…asuntos que se pueden considerar secundarios por comparación.
"Las prácticas comerciales de los bancos han sido abusivas y delictivas, con la colaboración de las instituciones democráticas que siguen abandonando a los ciudadanos y ciudadanas a su suerte. Hay que reclamar al gobierno que modifique la ley hipotecaria que, fundamentalmente, protege a los bancos y entidades financieras y dejan a sus clientes sin derecho. ¿Dónde están los responsables y porque no pagan por ello?"
"De cada día que pasa hay más peticiones de comida no perecedera; como se acerca el invierno, se ha añadido a las peticiones mantas y prendas de abrigo, casas donde poder alojar a las familias desahuciadas,…A esto se le llama falta de responsabilidad y exceso de indolencia de nuestros gobernantes. Que, dicho lo dicho, no solo son ellos los únicos culpables de la situación y cada uno tiene lo que se merece y si no lo creen echen un vistazo a Galicia ¡y después que se quejen!"
Esta semana la crónica nada tiene que ver con el Mercadillo en cambio si tiene un gusto amargo y pesimista. Sin hablar de todas estas noticias de primera plana, como el rescate solicitado por Canarias, la destrucción de los litorales por la Ley de Costas, la supresión de las subvenciones a la desalinización del agua,…no, hoy me centraré de nuevo en la sanidad.
Este fin de semana la visita al mercadillo no ha sido el sábado (no podíamos faltar a la manifestación contra los recortes) ha sido rápida y en domingo a última hora con lo que poco encontramos en los puestos. Eso sí reapareció el músico de jazz que también estaba recogiendo su material. Por esta razón mis crónicas se han retrasado un poco.