En el Puerto de Granadilla, ahora, plataformas - por Chema Tante

En un principio, vendían la burra del Puerto de Granadilla con el guineo del tráfico y trasbordo de contenedores, con el supuesto y falaz colmatamiento del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, con las necesidades -hay que tener rostro- del polígono industrial aledaño, con la imposibilidad -más caradura todavía- de exportar que causaba la carencia de un puerto o -el colmo de los disparates, que la autopista al sur se colapsaba por el tráfico comercial. 

Con esa tirajala de mentiras, fueron desprestigiando al Puerto de Santa Cruz de Tenerife, que se ve hoy relegado al miserable papel de puerto de cabotaje interinsular.

La acción ciudadana, los informes técnicos y la realidad comercial desborrifaron los estúpidos argumentos. La cercanía de una zona turística importantísima hacía inconveniente un pueerto comercial. El viento impediría, no solamente el atraque normal de buques, sino la misma operación de carga y descarga. No había ni una sola armadora de portacontenedores que mostrara interés alguno en escalar en ese puerto de locos, mucho menos de asociarse para su construcción, como sucede en otras latitudes, como la de Tánger Med. El puerto de Granadilla jamás y nunca sería el 'hub' que soñaba Adán, sin pararse a atender lo que le decían los que sí saben.

Acto seguido, el empeño especulativo egoísta por construir un puerto dañino e innecesario, volvieron sus ojos hacia el gas, primero, o la biomasa, después. La avalancha de informes técnicos y comerciales y los movimientos ciudadanos han demostrado también la inconveniencia de esos propósitos. En este campo, se produjo el monumental partigazo de Rodríguez Zaragoza y de Melchior, sosteniendo la necesidad de una regasificadora, para suministrar combustible a buques, sin advertir que la demanda creciente de gas para propulsión marítima se refería a gas, sí, pero licuado, porque en su estado natural gaseoso, no habría hueco en ninguna embarcación para recibirlo y trasnportarlo haasta su utilización. Y, por tanto, la regasificadora en Granadilla no tendría nada que ver con la actividad de atención a barcos por ese concepto.

De manera que se han encontrado construyendo un puerto para el que no había necesidad ninguna, con lo que todo indica que correrá la misma ridícula suertede los de Arinaga en Gran Canaria o de Tazacorte, en La Palma. Miles de millones de euros sepultados en la mar y en las arcas de los rufianes especuladores, más lo que se quede en las uñas nunca satisechas de la corrupción; para nada y cosa ninguna.

Ahora, el presidente de la Autoridad Portuaria de Granadilla, Ricardo Melchior, famoso por su capacidad de inventarse necesidades espurias, ha sacado de su mente calenturienta otra actividad, para justificar el injustificable puertp: ¡la reparación de plataformas petroleras!.

Que alguien me explique si, por pingüe que pueda ser el negocio, podra sostener y amortizar el tremendo coste en dinero, pero, sobre todo, en deterioro medioambiental, en destrozo del territorio, en amenaza para una zona turística y en atentado a la biodiversidad en fauna y flora, que supone construir ese puerto abominable..

Un puerto nuevo, solamente para que sirva de taller para plataformas petroleras. Melchior, su pupilo Alonso, Paulino, el genuflexo Clavijo y demás horda, incluyendo al Pp y al PsoE, además de Cc, merecen el mayor desprecio del pueblo tinerfeño, en particular y canario, en general. Maná sinvergüenzas.