Cómo y por qué la reforma eléctrica consolida el negocio de unos pocos, la estafa y la ruina de muchos - por Antonio Cabrera (Miembro de la Px1NMEC)

Si, la estafa a los ciudadanos a través del recibo de la luz, la ruina a los inversores en renovables que un día se creyeron lo publicado en el BOE y, también hay que decirlo, el negocio de los de siempre, las eléctricas.

No es tarea fácil intentar entender el contenido y alcance de la reforma eléctrica en marcha por el gobierno de Rajoy porque otra de sus características es la opacidad, para que no nos demos cuenta como nos engañan.

Es intención de estas líneas tratar de dibujar una perspectiva global  del entramado de la reforma eléctrica del ministerio de Industria, Energía y Turismo de don José Manuel Soria a efectos de poder establecer una secuencia lógica que nos permita comprender y ubicar en el contexto de la política energética del PP, la salida en tromba de la docena de normas entre leyes, reales decretos y órdenes ministeriales que configuran la actual propuesta oficial de solución al problema eléctrico. Un boceto general para ubicar en su sitio a cada una de las partes de la reforma y que tenga sentido en el conjunto, dentro de la consecución de los objetivos que se ha propuesto don Alberto Nadal como secretario de Estado de energía, resolver el déficit de tarifa, su déficit, preservando los intereses de las entidades que forman UNESA y sin salir del ámbito del sistema energético convencional.

La avaricia sin límites de las eléctricas, la igualdad entre las política energéticas de los gobiernos del PSOE y del PP, la complicidad de los gobiernos de turno con los intereses de las eléctricas visible en las puertas giratorias, una planificación basada en el incremento permanente de la demanda que colapsa cada vez que deja de crecer y un mercado que no pudo ser. Constituyen las circunstancias, con la categoría de verdad casi absoluta, necesarias para entender lo que está pasando en el complejo y opaco sistema energético español.

Desde la perspectiva del ministerio del ramo, las dos grietas del sistema eléctrico se producen con el déficit tarifario y la irrupción de las renovables a partir del Real Decreto 661/2007, asociando, en su diagnóstico parcial, el desarrollo de las renovables como la causa del desequilibrio entre ingresos del sistema y los costes reconocidos. Confusión interesada para demonizar las renovables y acabar cargando sobre ellas toda la responsabilidad del actual problema eléctrico español. En las declaraciones públicas del ministro don José Manuel Soria y los portavoces de las eléctricas este argumento se repite como mantra sagrado, sobre el cual descansa la “deforma eléctrica” y, consecuentemente, justificar su objetivo que no es otro que el de poner todos los palos posibles en las ruedas de las tecnologías del régimen especial, tanto en los proyectos que ya están en producción como en los futuros, para recuperar el control de la inevitable transición  a un nuevo modelo energético con el máximo protagonismo de las energías limpias.

La configuración de un mercado que era el objetivo de  la ley 54/97 del Sector Eléctrico, para mejorar la calidad del servicio y bajar los precios a través de la libre competencia de las diferentes tecnologías, dejando atrás el Marco Legal Estable, ha terminado en un rotundo fracaso, pues lo que tenemos es más una gestión privada a través de la compraventa de MW controlada por UNESA que un mercado, donde los que ofertan el producto son los mismos que lo demandan y el órgano regulador, supuestamente independiente, CNE, cada vez con menos capacidad para ejercer de árbitro. Actualmente en vías de extinción.

Separando el origen del déficit tarifario del desarrollo de la renovables.

El control del supuesto mercado eléctrico español por UNESA, que solo es posible si tiene la colaboración incondicional del gobierno de turno con el BOE, es el contexto adecuado para el funcionamiento de la puerta giratoria que garantiza el negocio eléctrico, donde el déficit de la tarifa, su déficit, es el resultado de la suma de un conjunto de manipulaciones como son: la no incorporar a los precios de las externalidades de las tecnologías del régimen ordinario y especial, la manipulación de los precios en el mercado diario y CESUR, un mercado inflacionista que produce los “beneficios caídos del cielo” para las hidráulicas y nucleares y diferentes costes en la parte regulada del recibo de la luz, unos sobredimensionados como el pago por disponibilidad de capacidad, otros, innecesarios como el servicio de interrumpibilidad, los costes de transición a la competencia y los incentivos a la inversión  a las CTCC. Este mercado que es la principal causa del desequilibrio económico del sistema no sufre modificaciones con la reforma.

En este contexto, el incremento de las tecnologías del régimen especial en el mix eléctrico, en el primer trimestre de esta año sobre el 50%, y la disminución de los consumos tanto a nivel doméstico como industrial a causa de la crisis que ha situado a las centrales térmicas de gas natural en niveles marginales de funcionamiento muy por debajo de las 2.000 horas anuales. Y la incapacidad manifiesta para incorporar las políticas de ahorro, eficiencia y generación distribuida al sistema convencional manteniendo su equilibrio económico, pues solo tienen cabida en otro modelo con una nueva cultura energética donde todos podamos participar en igual de condiciones.

Por una parte, en su diagnóstico el déficit de tarifa lo ocasiona las primas a las renovables, responsables también de la marginación de los ciclos combinados y de la reducción de precios en el mercado  pues rompe sus previsiones de ingresos. Y, por otra parte, la generación distribuida cuyos primeros pasos son el autoconsumo y el desarrollo pleno de las energías limpias ya competitivas con las energías primarias fósiles, que representan la base para la construcción de un nuevo modelo donde las renovables, el ahorro y la eficiencia son la solución y no el problema.

Por eso, la actual reforma; además de gravar la generación con un 7%, suprime las primas a las renovables y se sustituye por una denominada “rentabilidad razonable” que todavía no sabemos exactamente en qué consiste, regula el autoconsumo con unos condicionantes que lo hacen más caro, peaje de respaldo, que continuar con el suministro de la red, incentiva el despilfarro al incrementar un 125% el término de potencia, anula, en contra de directiva europeas y normativa española, el derecho preferente de verter a la red de las renovables, disminuye considerablemente los contratos con derecho a bono social aumentando la pobreza energética, entre otras medidas.

Así podemos entender por qué el ámbito de la reforma eléctrica es el del sistema convencional donde pueden garantizar la continuidad del negocio de las eléctricas, y como la generación distribuida conlleva, también, la distribución de la riqueza que produce el sector, cierran cualquier puerta que abra caminos de transición hacia un nuevo modelo energético.

A ellos les espera, una vez más, el fracaso porque su propuesta de solución, “deforma” eléctrica, parte de un diagnóstico intencionadamente equivocado. A nosotros, nos espera trabajo y esfuerzo continuado para articular un proceso unitario de organización y respuesta de todos los sectores afectados, convencidos de que las energías primarias renovables son la solución al problema energético, generando además riqueza y empleo en el amanecer de la tercera revolución industrial.

                    Antonio Cabrera (Miembro de la Px1NMEC)

        Granadilla de Abona a 31 de junio 2013