Yo, Chema Tante, sigo pensando que hay más que fundados motivos para la sospecha -que no acusación, de momento- sobre una hipotética manipulación de los resultados del 26J. Sin embargo, como Ignacio Escolar opone sus argumentos razonados, y no la mera apelación a la falta de salud mental, la ceguera o el fanatismo, como hacen otros, creo que vale también la pena tener en cuenta los planteamientos que hace en este artículo en EL DIARIO. Yo insisto en que tanto INDRA, en un papel de autora material como el tramposo demostrado Fernandez Díaz, actuando como inductor, tienen todas las posibilidades de falsear los grandes números de estos resultados. Y que por esio se presenta tanta resistencia a la confrontación entre los datos pormenorizados y los resultados totales. Por cierto que ese fastuoso juicio comparativo que ha hecho algún simplón de que "no estamos en Burundi", se estrella contra la noticia de que en Austria, la civilizada nación europea, se acaban de anular las elecciones presidenciales, porque las habían mangoneado. Sí, Ignacio, lamentablemente, si no hay control, el manejo de datos globales es susceptible de estropicio. Y lo que hace daño a la democracia es mirar para otro lado