Recomendado por Federico Aguilera klink 

David R. Montgomery en THE GUARDIAN y REBELIÓN advierte de la letal amenaza de la desertificación y la FUNDACIÓN ACUORUM nos dice que Canarias no está ajena a ese problema capital, ni mucho menos. Lo señalamos Francisco Morote, de Attac Canarias y yo, Chema Tante. Y añadimos un par de enlaces de los mucho que hace años indican el asunto. En el mundo, la desertificación está causando hambrunas. Y si Canarias está escapando a la desgracia, es por la importación. Por la agricultura de puertos. Pero la especialización en el turismo de masas y la producción platanera intensiva ha hecho abandonar los cultivos tradicionales, El suelo agrícola canario está abandonado. Como dice Montgomery, es absolutamente necesario volver a la ganadería y agricultura extensivas, que respetan el suelo y, en nuestro caso canario, garantizan la supervivencia alimentaria que en estos momentos, depende del endeble hilo de las complicaciones estratégicas en el transporte. Si sigue la actual deriva de desabastecimientos o, nunca debe descartarse la posibilidad, se desencadena un conflicto bélico, no hará falta que nos propinen un bombazo atómico. En Canarias ya nos moriremos de hambre, directamente por nuestra cuenta. Cuando en las islas la gente se mate por una papa, yo, Chema Tante, espero que Ángel Víctor, Julio Pérez, Casimiro, Yaiza McDonald's y Vanoostende se acuerden de como están desertando de su responsabilidad. Y cito este quinteto, porque es el que está ahora, pero los anteriores comparten en mismo triste desdoro.

Adolfo Rodríguez Gil, en CADTM y EL SALTO en este excelente artículo, aborda otro de los más graves problemas, tantos problemas que sufrimos estos tiempos. Lo señala Francisco Morote, de Attac Canarias. Y yo, Chema Tante, tengo que insiste en que la Deuda es un diabólico resorte neoliberal para oprimir más a la gente y enriquecerse más. La Deuda pone a disposición de los gobiernos unas cantidades abrumadoras de dinero que pasan, en su mayor parte a manos privadas. Pero las consecuencias terribles de esa Deuda, en intereses y en compromisos austeritarios, los pagan los pueblos.

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