Desde su LA TIRADERA, Enrique Bethencourt apela al recuerdo de un poco afortunado, pero significativo slogan publicitario para unirse al coro de protestas contra la misoginia que estamos obligados precisamente los hombres a mantener continuamente, hasta que este nefando fenómeno de la discriminación de la mujer desaparezca. Porque es evidente que la desigualdad permanece. No hay más que ver la presencia relativa de hombres y mujeres en cuanta lista se presenta para cualquier cosa. La última, la presentada por el PsoE como posibles consultantes para la Reforma Constitucional. O comprobar, como recuerda Bethencourt, la ausencia femenina en organizaciones religiosas.
Esto no es ninguna broma. Sin citarlo expresamente, Cándido Marquesán Millán, en brillante texto que publica NUEVA TRIBUNA, apela al conocido dicho "El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla" pero que la gente del psicoanálisis convierte en algo peor "quien olvida su historia, caerá en la locura". Y eso nos advierte, con toda la trágica razón, Cándido, partiendo de un artículo incluido de Santiago Alba Rico en El Gran Retroceso. Un debate internacional sobre el reto urgente de reconducir el rumbo de la democracia. Porque estos pueblos que navegan en el estado español han olvidado, en una terrible mayoría, que es lo que pasó en la terrible etapa histórica que inició en 1936 la felonía franquista, que empezó, muy buena referencia de Cándido de una intervención parlamentaria de Joan Olòriz Serra, por asesinar a sus propios colegas, porque "nunca se había vertido tanta sangre de jefes militares, nunca tantos generales fueron fusilados como el 17, 18 y 19 de julio. De veintiún oficiales generales, diecisiete permanecieron fieles a la República, los seis generales de la Guardia Civil permanecieron fieles a la República, y, de cincuenta y nueve generales de brigada, cuarenta y dos se mantuvieron fieles a la República." Un artículo que debe ser leído por ntanta gente que en estos días se reviste con buena fe con la rojigualda, pensando que tiene toda larazón, cuando, por su desmemoria, está al borde la locura.
Alba Rico y Olòriz Serra
Una y otra vez, de una y otra manera, este pseudogobierno autonómico y su simulador de Parlamento no representativo de los canarios se distancian más y más de la ciudadanía y de la sociedad, convertidos en una cámara de comercio, una especie de mercado de intereses varios. Todo es motivo de negocio, de ser convertido en actividad comercial beneficiosa para unos pocos.
Ahhh, dónde quedaron aquellos días de ebriedad y esplendor, ahítos de poder, exhibiendo la fuerza de su codicioso nacionalismo inmobiliario, las calles se asfaltaban a su paso, las tierras se recalificaban con solo mirarlas, mientras paseaban por amplias avenidas y auditorios dedicados a sí mismos, con un blasón de alcalde, de concejal, de parlamentario, recogiendo el adulamiento de los suyos, inmortales como chiquillos, perico y champám con chicharros fritos, y el pubis de lujo de alguna muchacha balcánica saliendo de una gigantesca tarta de cumpleaños.
En artículo que recomienda Antonio Aguado en INFOLIBRE, Jesús Maraña analiza el caos en Cataluña y la decisión de la CUP, que no hace sino rectificar y cumplir las promesas electorales de la organización.
Si viviéramos en el siglo XIX, cuando el Romanticismo como filosofía y pesimismo dominó en Europa y América, podríamos recurrir al azar, al hado, al sino o acaso al destino para justificar el arrollador triunfo de Ciudadanos en Cataluña y, tal intuyo, en las próximas elecciones de diciembre.
Ciertamente... ha sido para muchos hasta ilusionante el proceso que se vivió en Madrid de una confluencia amplia entorno a "Ahora Madrid" las pasadas elecciones y ante lo vivido las últimas décadas nos parecía mágico...
En TAMAIMOS, Iván Suomi expone su criterio crítico sobre PODEMOS y la negativa a entrar en cuestiones de soberanía o de nacionalismo territorial. Respeto, como siempre, la opinión de Iván, pero como aludido en la fase final de su artículo -no oculto mi simpatía por PODEMOS, que comparto con de NUEVA CANARIAS, IZQUIERDA UNIDA CANARIA, SÍ SE PUEDE, ANC, UNIDAD DEL PUEBLO o PCPC y no por ello dejo de ser nacionalista convencido- me permito discrepar de ella.
En noviembre de 2014 -no hace tanto- Cristina Delgado publicaba en EL PAÍS un reportaje valioso, titulado El futuro pasa por el comercio electrónico, a cuento del “Black Friday” de ese año. Del texto estupendo de Cristina solamente no estoy de acuerdo con el título. Esto del comercio electrónico, las ventas y compras online, las relaciones comerciales encaramadas en Internet, no es cosa del futuro, sino una espléndida realidad en la que el futuro solamente cuenta para crecer. Es como cuando se habla de ”las nuevas tecnologías” para referirse a algo que ya no es nuevo, sino que se está renovando continuamente, que no es lo mismo.