Vicenç Navarro traslada la opinión de quienes sí saben de políticas de salud, la gente de la International Association of Health Policy, que vierten una serie de afirmaciones aterradoras. En resumen, que la pandemia era previsible, en toda su gravedad y que el mayor problema que existiría no sería la falta de recursos, sino las enormes desigualdades en la disponibilidad de estos recursos. Es lo que, humildemente, yo Cema Tante vengo diciendo, repitiendo las reflexiones de mucha gente experta. La Humanidad tiene con qué solventar muchas desgracias; el drama es que ese "con qué", lo acaparan unos pocos desgraciados. Esos mismos que ahora se lavan la cara donando unas migajas de sus fortunas. La denuncia hecha artículo de Navarro es una selección del coherente veterano militante Antonio Aguado

“Nosotros hemos hecho las cuentas para obtener más de 200 mil millones para redistribuirlos”

Pues lo que dice Vicenç Navarro en este artículo que recomienda Francisco Morote, de Attac Canarias, en PÚBLICO (en el blog del autor no está disponible) es algo de lo que venimos hablando todos los días. El sensato profesor recuerda que la tremenda Gran Recesión o Gran Depresión sigue causando sus estragos, que la pretendida recuperación es un embuste superlativo y que la Corrupción sigue comiéndose los recursos públicos. No deja de afearnos Navarro a las independentistas (yo, Chema Tante me doy humildemente por aludido) que pongamos la independencia por delante de los problemas sociales; e incluso que sostengamos que la independencia  pueda ser la solución para los problemas sociales. Yo creo que el profesor puede tener razón, pero también no tenerla. Depende de cómo y para qué y quienes obtengan la independencia. En el caso catalán, Navarro dice, con razón que el ahora independentista PdeCat ha sido cómplice del Pp en la génesis de la Depresión. Pero obvia que la fuerza independentista no radica en Cataluña ahora en ese PdeCat, sino en  Esquerra y en las CUP, además de Omníum y ANC, poco sospechosas, ninguna de ellas, de neoliberalismo.

Ya no se trata de que Soria miente, cosa que está demostrada. Lo que importa ahora es por qué se empeña en negar su relación directa, protagónica, con una empresa localizada en Gran Bretaña y en Bahamas. Lo negó "contundentemente": "nadie, ni yo, ni nadie de mi familia tiene ninguna relación con esa empresa, UK Lines". Después, ha ido rectificando, hasta reconocer que la sociedad la fundó su propio difunto padre, pero que "mientras yo estuve en esa empresa, pertenecía a otra persona" (sic, palabras textuales, el mendaz Soria habla que estuvo en una empresa con la que, horas antes, había negado toda relación). Y lo ha tenido que reconocer, ante la evidencia documental procedente del Registro Mercantil británico. A la pérfida Albión se le puede acusar de muchas cosas, pero hay que reconocerle la seriedad que le ponen a los asuntos mercantiles. No estamos hablando de una "monarquía bananera", precisamente. Mentira sobre mentira y sobre esas mentiras, una gran verdad, palmaria: Soria prefiere quedar como mentiroso, para ver si así oculta algo que debe ser muy grave.​

“La burguesía del estado español, salvo excepciones muy localizadas, es rentista y especuladora. Vive pegada a la teta de los presupuestos públicos pero ni emprende, ni trabaja, ni arriesga. Por tanto plantearse en el estado español, fomentar un capitalismo autóctono, además de que no es función de la izquierda, es perder tiempo, dinero y esfuerzo baldío. Otra cosa es apoyar a la economía social y las pequeñas empresas, que si hay que hacerlo.”

En el anterior comunicado-informe hablábamos de la  situación política y económica ante la que nos encontramos.

Vivimos días confusos marcados por un cambio producido tras el resultado electoral. No se trata de la nueva o vieja política. Eso es una tontería, la “vieja” política y lo que estamos viendo estos días es idéntico. Encontrándonos en la fase de arrimar el ascua a la sardina de cada líder o dirigente político, previa a cualquier negociación. La diferencia es que hemos entrado al igual que en muchos otros países en un parlamento fraccionado en el que no hay claras mayorías.

"Llama poderosamente la atención que en Canarias existan más de 3.000 personas asesinadas por el franquismo y que desde la administración pública no se haga absolutamente nada. Salvo escasas excepciones en alguna institución local como el Ayuntamiento de Arucas (Gran Canaria), la tónica general es la de ocultar, tapar, disimular la barbarie fascista en las islas..."