Rajoy, en la dirección obtusa, le baja los impuestos a las grandes empresas
Además, los mantiene para las medianas y los sube, porque elimina la tarifa supereducida, a las pequeñas. La obsesión de estos tipos por favorecer a las empresas ha llegado a ser patológica, la más absoluta locura. Imagen de Banegas
Otra vez, nos encontramos con la absurda falacia, rebatida por la experiencia, de que, bajando la fiscalidad a las empresas, se aumenta la recaudación, porque se alienta la actividad económica. La realidad es que las grandes empresas ya pagan unos impuestos bajísimos y que no es el estímulo fiscal lo que les animará a invertir y a aumentar sus operaciones. Las empresas, grandes, medianas o pequeñas, invierten y emprenden negocios cuando hay negocio que hacer. Cuando se le reducen los impuestos a las grandes empresas, estas no dedicarán el excedente financiero a la inversión productiva, sino a la especulación financiera que tan nociva ha resultado para las economias del mundo.
Lo único que consigue un gobierno cuando alivia el peso fiscal sobre las grandes empresas es reducir todavía más los ingresos y, de manera irremediable, tiene que acudir al endeudamiento.
Yo no sé si Rajoy y su banda ignoran las consecuencias de sus actos y actúan de buena fe, o, por el contrario, si saben lo que están haciendo. Pero lo que es indudable es que su actuación favorece la estrategia de los poderosos del mundo, en su objetivo de pauperizar a los pueblos y encadenar a los estados por la deuda.
http://politica.elpais.com/politica/2014/05/31/actualidad/1401534723_809271.html