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jueves, 16 de mayo de 2024 10:26h.

Los empresarios no se enteran. El problema esencial no es la corrupción, sino ellos - por Chema Tante

Con el título general "PODEMOS agita a los empresarios" el suplemento DOMINGO de EL PAÍS publica una serie de reportajes firmados por Miguel Ánel Noceda, Miguel Ayuso, Francesco Manetto y Cesar Molinas que versan sobre las repercusiones económicas del fenómeno de la irrupción de PODEMOS.

Los empresarios no se enteran. El problema esencial no es la corrupción, sino ellos - por Chema Tante

Con el título general "PODEMOS agita a los empresarios" el suplemento DOMINGO de EL PAÍS publica una serie de reportajes firmados por Miguel Ánel Noceda, Miguel Ayuso, Francesco Manetto y Cesar Molinas que versan sobre las repercusiones económicas del fenómeno de la irrupción de PODEMOS.

Me parece muy digno de atención el reportaje de Noceda y Ayso, que se han dedicado a cosechar comentarios -unos dando la cara, otros hurtándola- de empresarios, sobre la desagradable sorpresa que les ha supuesto la aparición de un tercero en discordia en el panorama político del estado español. De repente, y sin que nadie la hubiera invitado ni mucho menos se le esperara, la gente se ha organizado en política y está dando aldabonazos en la que hasta ahora parecía inexpugnable puerta del poder.

La lectura de todos estos comentarios empresariales demuestra que esta calaña empresarial, como de costumbre, no se está enterando de nada. Todos y cada uno de ellos -en esta ocasión no cabe el lenguaje no sexista porque, con la excepción de la Botin, aquí todos son machos- de estos empresarios, adjudican la causa del incontenible ascenso de PODEMOS, a la corrupción. Y, por ello, confían en que con la persecución parcial y benevolente, de los casos de golfería connivente entre empresas y política, se podrá comjurar lo que ellos consideran -y no les falta razón en esto- la amenaza de PODEMOS.

La habitual ceguera de estos capitostes empresariales, que explica por qué la economía no sale para adelante, se mandifiesta una vez más. Lo que provoca la indignación exultante de las gentes que nos debatimos en este estado de derecha no es, por lo menos en primera línea, la corrupción, que, con toda su gravedad, no es sino un síntoma del mal esencial, de la enfermedad de fondo. Porque el probema es una concepción de la política que, durante estas décadas de llamada democrcia no ha sido más que un ejercicio de la coyunda entre empresas y políticos vendidos.

Porque la corrupción, a pesar de que la gente sabe muy bien que lo que se ha sabido hasta ahora no es sino un pizco del total real, a pesar de la benevolencia y lentitud de las instancias judiciales, que llega a la lenidad en casos como el de la infantita o los altos prebostes, a pesar de todo eso, digo, la corrupción es la gotita que colma el vaso de la cabreadura general. 

Porque la cabreadura general viene de la traición perpetrada por la gente de la política mál entendida que le ha dejado las manos libres a un empresariado codicioso, que se ha entregado sumisamente a las demandas de la troika, desmantelando libertades políticas, derechos ciudadanos y condiciones laborales, reventando al final en una refroma laboral que ha pulverizado en un suspiro todo un entramado de seguridad que protegía a las trabajadoras y los trabajadores. Una gente de la política que en estos tres años ha llevado la Deuda a un millón de millones de euros (lo del billón no es suficientemente representativo). Esa colaboración entre los partidos del sistema que cristalizó en la malhadada modificación de la Vonstitución, con ese artículo que consagra que los intereses de los acreedores especuladores financieros internacionales están por delante de los derechos de las personas desamparadas. Esa gente de la política mal entendida que ha dstrozado los servicios sociales, la educación, la sanidad y la cultura, al grito de que no hay dinero para eso. Esa gente de la política mal entenddia que ha llevado, en fin, a que en este estadio derecha, la miseria sea la mas alta de Europa, en tanto que la gente rica, es cada vez más rica.

Eso, y no la corrupción, es lo que llevado a la ira, sin libertad de la ciudadanía. 

De manera que los empresarios, que han jaleado y espoleado durante todos estos años todas las barbaridades que se han cometido para su provecho desde la política, no se enteran. Pero ellos, ellos y el perraje de la política pagado por ellos, son los causantes de la irrupción, al fin, de la gente en la política.

Por su parte, en esa edición del DOMINGO de EL PAÍS  que estoy comentando, Franceso Manetto hace un intento de hacer ver que PODEMOS está cambiando un programa que todo el mundo el acusa de no tener. Y Cesar Molina, en cambio acierta, creo yo, en el diganóstico: PODEMOS es un síntoma, no un problema. Ajá.

http://politica.elpais.com/politica/2014/11/21/actualidad/1416591615_481451.html

http://politica.elpais.com/politica/2014/11/21/actualidad/1416591615_481451.html

http://politica.elpais.com/politica/2014/11/21/actualidad/1416589938_195879.html