Sucedió este domingo, por supuesto peligro de derrumbe, sin informes recientes, en presencia de sus hijas, sin dejar copia de ningún documento.

Soy una mujer que después de haber realizado mis estudios reglados y carrera universitaria pertinente (que por cierto dichos estudios jamás fueron becados) y después de estar trabajando y pagando un autónomo durante un buen puñado de años, decidí SER MADRE. He tenido dos hijas, que he amamantado y criado yo sola. En perjuicio de mi carrera profesional quise ser una madre de verdad, de las que están siempre ahí para todo. Y cuando me separé y me hallé sola con una niña de un año y otra de tres, debía luchar no ya por mí, que hubiera sido sin lugar a dudas mucho más fácil, si no también por mis hijas, por ofrecerles el mejor de los caminos.

RÚCULA FILMS ha colgado en YOUTUBE un testimomio estremecedor. El grito desgarrado de un hombre que denuncia las causas del suicidio de su hija. Raquel Cabrera se suicidó desesperada porque los serevicios sociales le quitaron sus dos hijos, porque "estaba en situación de riesgo", por estar en el paro. Ya Juan Ramón Cabrera publicó una carta "¿Quién mató a mi hija"

Hoy 9 de septiembre, primer día de clase,  los padres y alumnos del colegio público Principe  Felipe en La Victoria de Acentejo., nos hemos encontrado con una sorpresa muy desagradable. Sin previo aviso por parte de nadie, y cuando digo nadie, hablo de, la dirección y el ampa del colegio, del ayuntamiento del pueblo y de la consejería de educación. Se nos han retirado el transporte escolar.

Editorial de LA VOZ DE LANZAROTE, que se apoya en Aureliano Montero para recordar el origen guanche de las celebraciones patronales católicas. Muy oportuno en estas fechas.

Es una historia más, la de una familia más que se cae de este vagón loco que es nuestro mundo del “¡sálvese quien pueda!”, donde nadie espera por nadie. El problema es que esta niña y su madre un día de hace ya unos meses vinieron a tocar a la puerta de la Plataforma, y nosotros, por alguna extraña razón nos negamos a ir dejando a la gente atrás, aún no pudiendo en muchos casos hacer demasiado. La hemos ayudado mucho pero todo parece ser “pan para hoy y hambre para mañana”, porque nunca conseguimos ponerlas a salvo del todo.

La mujer, impedida, con una pensión miserable que no le alcanzaba para pagar el alquiler, acababa de ser arrojada de su piso. Desesperada, se arrojó con su niño al Guadalquivir. El niño murió, a ella la rescataron. Ahora la acusan de homicidio. A ella. A los verdaderos culpables, no les acusan. Ellos saben lo que hacen, saben adónde van.