La casa de mi tía
En un estupendo texto en su ISLAS BIENAVENTURADAS, Míchel Jorge Millares se arma de argumentos y datos históricos para defender no solamente que en el negocio turístico el hecho cultural es un atributo esencial que marca la necesaria diferenciación competitiva sino que, además, en Canarias -Michel se remonta nada menos que a 1910- ya hubo mucha gente intentando afianzar el turismo con nuestra identidad cultural. Y concluye, con tanta razón como poco futuro, en que lo lógico sería que en el dispositivo gubernamental los asuntos de Cultura estuvieran unificados con los de Turismo. Una idea lógica y sensata pero que, tengo que insistir, no será escuchada.