Firmas
Identificación católica de un país aconfesional - por Nicolás Guerra Aguiar
La bandera española, de la que son propietarios absolutamente todos los españoles sin “discriminación alguna por razón de raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición […]” (Constitución Española. Título I. Capítulo Segundo. Artículo 14), ondeó a media asta en el mástil del Alcázar de Toledo desde el Jueves Santo. Sin embargo, aquella fortaleza tan simbólica y predominante en la dictadura franquista ya no es cuartel militar en cuanto que hoy alberga al Museo del Ejército y, a la vez, a la Biblioteca de Castilla – La Mancha.
El edil de izquierda José M. Corrales ya presentó una iniciativa para que la Iglesia pague el IBI y otros impuestos municipales y fue rechazada por los votos de CC, PSOE y PP
Debería de sorprender que en un Estado que se manifiesta laico en su constitución, el poder eclesiástico atente contra las leyes que se suponen característica de dicho estado en los tiempos que corren. Sin embargo, las leyes de igualdad y las vigentes sobre homosexualidad o aborto, no parecen afectar al discurso católico español, que se erige por encima de la Ley para atentar continuamente contra esta legislación, pretendiendo imponer y adoctrinar desde las consideraciones medievales que aún mantiene su movimiento religioso fracasado.
¿Puede un acto de exaltación del fascismo unir en un mismo espacio a socialistas, independentistas catalanes, populares, la alta jerarquía católica y a toda la ultraderecha española? Sí puede (EL FENICIO DIGITAL)
Mi coincidencia con lo que dice Luis León Barreto es absoluta. Y repetiré que los y las fieles católicos, que viven su fe con honestidad y en muchas ocasiones con abnegación y heroísmo deberían pensar en cuánto más se podría cumplir el mandato evangélico de amar al prójimo, si los cuariales no hablaran tanto y dedicaran sus cuantioso recursos a los propósitos que propone el artículo