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viernes, 17 de mayo de 2024 07:17h.

Paulino sigue privado con la crisis. El desastre canario, según él, es culpa, y sólo culpa. de Rajoy

Desde que empezó esta depresión inducida que llaman crisis, yo dije que le había tocado la lotería a Paulino. porque ya tenía a quien endilgarle la responsabilidad de sus propios errores. Pero ni yo mismo podía imaginar que el cinismo de este hombre llegara a los niveles que refelja, semana tras semana en su blog.. Yo lo que me pregunto es para qué cree Paulino que se le paga el sueldo, para qué disfruta de los honores, injustificadamente, pero los disfruta, de ser presidente de ese gobierno suyo que no puede ser.  

Pero Paulino cree que el desastre que treinta años de medidas de su partido, dictadas por la ignorancia y por la codicia, puede justificarse por el simple expediente de echarle la culpa al de Madrid. Paulino olvida, por ejemplo, que cada vez que su partido se presenta a unas elecciones, se las echa diciendo que "son la voz de canarias en madrid", pues no me la pierdas, esa voz.

No diré yo que el gobierno de Madrid, sea pepero o sea psociata tiene también su carga de qué responder, en cuanto a Canarias. Pero tampoco dejaré de proclamar que esta nacionalidad, la canaria, es la comunidad del estado español mejor pertrechada pra superar esta desdichada coyuntura. Lo que pasa es que hay que saber aprovechar las condiciones excelentes para implantar energías renovables y reducir la factura petrolera. Hay que saber aprovechar la circunstancia de que Canarias tiene un negocio turístico que cuenta con clientes de los países mejor colocados financieramente. Hay que saber aprovechar la calidad de nuestro sector primario para atender en una buena proporción a estos clientes con productos locales, en lugar de con importados con lo que hay que abonar ingentes cuentas. Hay que saber aprovechar, en fin, nuestra providencial situación en África, para que nuestro conocimiento nos coloque como referencia en ese continente...

Pero eso no lo sabe hacer Paulino. Lo único que sabe hacer es ejercer el descaro de ocultar sus grandes defectos en los, también garndes, de los demás.