En artículo  en EL DIARIO, Elisa Beni alerta sobre la artera maniobra que está urdiendo el pillo que preside el CGPJ. Lesmes, cabeza de la Judicatura de este estado tiene una pulsión autoritaria que ahora se desvela con su propuesta para racionalizar la Justicia, a la que ya le viene una catarata de asuntos, por las consecuencias de la maldita pandemia. Lesmes sigue la senda de alguna gente que siempre han intentado cerra el paso a la Justicia, para sea coto privado de la oligarquía. Artículo señalado por el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado

Elisa Beni comenta, en artículo señalado en EL DIARIO por el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado, el oportunismo y la estupidez de un abogado que presenta una denuncia improcedente y una magistrada que la acepta a trámite. El abogado se llama Víctor Valladares Pérez y la magistrada, Carmen Rodríguez-Medel Nieto. La denuncia era contra un motón de autoridades, por prevaricación, por la falta de previsión ante la amenaza cierta del Covid-19. Algo que puede y debe ser discutido, lo digo yo, Chema Tante, pero, como dice Beni, tiene que hacerse después, cuando este drama se alivie y, desde luego, en el ámbito político. Porque está claro que meter a la Justicia en este asunto y en este momento, no son sino ganas de emporcar las cosas, cuando menos falta hace.

El coherente veterano militante socialista Antonio Aguado selecciona este artículo en EL DIARIO con el que Elisa Beni reacciona a las miserables operaciones de comunicación con las que la derecha pretende sacudirse sus propias responsabilidades. Yo, Chea Tante, acuso a los gobiernos de falta de previsión, pero tengo muy claro que la mayor responsabilidad de la indefensión con que nuestras sociedades están teniendo que enfrentar la invasión del Covid-19, corresponde a la derecha que, desde gobiernos o desde la oposición, según le haya correspondido, ha bregado con ardor por el desmantelamiento de los sistemas públicos de sanidad. De manera que las acusaciones que vengan desde la derecha son absolutamente injustificables.

No porque -ya lo dice la propia autora- este fenómeno sea de ámbito universal, es menos preocupante. Lo que trata Elisa Beni en EL DIARIO, es, nada menos, el final de la democracia parlamentaria. No es flor de un día. No es algo que haya llegado de repente. Es una agresión gestada sin pausa, desde mediados del XX, tras el final de la Guerra Mundial y que ahora ya es un hecho. El concepto de Parlamento, como lugar de debate de las cuestiones trascendentales para la vida de los pueblos, ha desaparecido. Y la con secuencia, también lo dice Beni, pero es obvio, es el advenimiento de las sociedades autoritarias. Y la autoridad,  esto lo digo yo, Chema Tante, es sabido que reside, por desgracia en quien tiene el dinero. Esa es la realidad. Y lo podemos comprobar, una vez ,más, con el triste arrastramiento por el sometimiento de este Gobierno Progresista, que todo lo que hace lo hace mirando de reojo a Botín y a Trump.

Elisa Beni se une al clamor de tanta gente que sentimos cansancio ante tanta estupidez de la derecha, que banaliza los debates serios con argumentos imbéciles, en lugar de ir al fodo de los asuntos y presentar tesis sensatas. Pero ya digo yo que las personas inteligentes que quedamos en este reino de Felipe el último no somo el objetivo de las lerdas acciones de la derecha cerril. A quienes va esta piara es a las manadas anañfabetas en política y carentes de todo criterio. Es lo que decimos tantas veces. El problema es que la gente sensata y cuerda de derecha, las personas conservadorascon discernimiento, espantadas por este dislate, que viene desde 1939, se ha quedao en su casa, en silencio. Y nos condenan a enfrentarnos eternamente con la bbería andnte. El artículo de Beni lo señala el coherente veterano militante socialista Antonio águado.

Elisa Beni toca en EL DIARIO en artículo señalado por el coherente veterano militante socialista el indignante tema de cómo Casado y compañía buscan desesperadamente temas que llevar a la Justicia, con base en premisas falsas. Como ejemplo, esa memez de que Sánchez debe considerar a Torra como un paria intocable. Juristas con título de verdad, no como el regalado de Casado se han cansado de decir que Torra cuando fue elegido por el Parlament como presidente del Govern, era diputado y que ni la Constitución ni el Estatut contemplan la eventualidad de que un presidente de autonomía deje de ser diputado a mitad de mandato. Está clarísimo. Pero Beni debe saber que este de Felipe el último es un reino de analfabetos  en donde no se salva ni el rey. Y una característica típica del analfabetismo es atender a la gente analfabeta. 

Un interesante ejercicio de análisis hace Elisa Beni en EL DIARIO, en artículo que recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado. En este caótico debate que se ha armado en el reino de Felipe el último sobre la conveniencia de modificar leyes y normas, para hacerlos, no más democráticas, sino democráticas, simplemente, la derecha infectada de rencor siempre alega que se trata de una complacencia, cuando no una rendición, ante los independentistas. Pero, en realidad, contando el cuento al revés, se trata de enmendar las injusticias que flagrantemente se han cometido con las personas solamente culpables de expresar su opinión y de querer -siempre de manera pacífica- cristalizar sus ideles.

Un tanto pesimista, desilusionada, se muestra Elisa Beni en este artículo que señalan en EL DIARIO Juan García Luján y Antonio Aguado. El coherente veterano militante socialista Aguado también comenta la cosa. Sin embargo, ella misma, Beni, empieza a poner el remedio que hace falta para esta carencia de democracia que sufren las sociedades que forman en el estado español. Ya lo digo yo, comunicación e insistencia, para aliviar el efecto de cuarenta años de franquismo y otros tantos de pseudodemocracia heredada del franquismo.

Compran medios y periodistas venales, mienten, calumnian, tergiversan, hacen todo lo que sea necesario para conseguir sus fines, incluso, recurriendo a marrullerías legales, apoyándose en la administración de justicia que les es afín. Es la derecha de este estado español, acostumbarada a tales malas mañas, desde que arrollara con la ayuda de sus correligionarios nazifascistas la democracia de la República. En EL DIARIO, Elisa Beni cuenta esta nueva torticería abyecta con la que Casado y Arrimadas, la ppepería ciudadanera, con la ayuda, como no, de VOX pretende despojar de sus actas a gente que las ha conseguido legalmente en democracia.

"Lo comparto plenamente", escribe Julián Ayala cuando señala en EL DIARIO este en verdad compartible artículo de Elisa Beni. Beni aplica su acostumbrada claridad de estilo, apyándose esta vez en Azaña, para afear el cinismo político, la ruindad de quienes utilizan as peores artimañas para confundir y enmarañar las cosas. Esta gente que no acepta que se busquen fórmulas para aliviar las tensiones territoriales y sociales que existen en este estado español. Pero también critica Beni con razón a quienes se muestran incapaces de superar estas dificultades y alcanzar la paz, Y en esto, Beni incluye a las personas independentistas (Y yo, Chema Tante, independentista redomdo, también le concedo razón en esto) que tienen que entender que, cuando no se cuenta cn una mayoría determinante, es necesario conversar y adelantar sobre planteamientos posibles.