Raúl Vega publicaba este artículo en TAMAIMOS en 2015 y yo retomo lo que dije entonces, porque lo más troste de esta situación desesperada que vivimos es que los problemas y desgracias se han injertado, de manera difícil de remover en nuestras vidas. "Partiendo del término acuñado por Elizabeth Noelle-Neumann y apoyándose en Girogio Grossi y un conjunto variado de autoridades, Raúl Vega compone desde TAMAIMOS un muy interesante análisis sobre los sondeos electorales y la distorisón que produce la mala utilización de esta herramienta estratégica que son los estudios de opinión."

Hay que ser un profesional riguroso de la comunicación, como Raúl Vega, para detectar en su justa dimensión y denunciar, las ladinas maneras con que la ciudadanería se ha infiltrado en la vida pública y publicada de Canarias, con una magnitud igual o superior que la de organizaciones con representación en el parlamento. Y de como utiliza esa sobrerrepresenyación que se arroga sin mayor derecho, para minar las características identitarias de Canarias y las posibilidades de maniobra de la gente isleña en el plano político. Un soberbio artículo que abre los ojos a todo cristiano y toda cristiana. Mira que era dificil, pero esta gente ciudadanera es más pilla que la ppera. 

Cuánta magua da comprobar que, va pasando el tiempo y lo que Raúl Vega llama con acierto "el circo de la corrupción" no solamente no se reprime, sino que sigue creciendo a sus anchas. En Canarias, como en el estado de pa'allá, todo el mundo sabe de las íntimas relaciones que existen entre los mundos empresarial y político. Nadie que piense con la cabeza ignora que muchos partidos se han financiado y se financian tarifando decisiones. Y no hay más que mirar el tren de vida de mucha gente de la política, para tener claro que no viven de sus sueldos. Pero los procesos de los pocos asuntos que llegan a los tribunales, se alargan incomprensiblemente y las escasas veces que por fin llegan sentencias condenatorias, no vemos que sus protagonistas paguen las penas que se les imponen. Me refiero a los casos de corrupción, porque cuando se trata de tuits, raps o de intentos de votar, entonces sí que la justicia es rápida y expeditiva. Pero cuando hay que castigar el arramblamiento de perras públicas, en el circo corrupto, la función continúa. Raúl Vega publica en TAMAIMOS este pedazo de artículo con el que no hay otro remedio que coincidir. 

Mujer canaria, por Felo Monzón

Hay que alabarle el gusto y la oportunidad a TAMAIMOS que dedica su DOSSIER#3  la mujer canaria. Y hay que proclamar que tanto la gente de TAMAIMOS como yo, Chema Tante, somos conscientes de que en estos días, no es una cuestión de darle el merecido homenaje a las mujeres, sino de apoyarles en su lucha. Ahí estamos. Con las mujeres.

Jorge Stratós vuelve a aportar su claridad e criterio en esta reflexión sobre nuestras islas. Unas islas que no son el paraíso que quieren vendernos y que hay quien compra, incautamente.No, ni son eden, ni, es lo peor, estamos en camino de que lo sean.

Yo, Chema Tante, soy ignorante, entre otras muchas, en la ciencia agrícola. Desde mi torpeza, me maravillan los milagros que se hacen con los injertos. Usted le jinca, un suponer, con la debida habilidad, un palo de una mata que le guste, en otra planta y la segunda adquiere taumatúrgicamente las características chachis de la primera. Y pienso que las facultades universitarias deberían investigar si ese procedimiento mágico no podría aplicarse entre profesionales. Por ejemplo; si se injertara un cacho del seso de tipos como Juan García Luján en los de otros y otras de la canallesca que bullen por Canarias, a ver si les enderezamos y les llevamos a camino. Cuán diferentes serían estas islas, sumidas en la desinformación y la mentira, si esa tropa de la comunicación mercenaria contaran la verdad y no lo que les pagan por contar. Entonces nuestra gente dejaría el embelesamiento por tantas personas jediondas, porque conocerían sus miserias. Por eso el artículo que publica Juan García Luján en TAMAIMOS es realmente notable. Trata sobre la insalla galiona que se ha jartado confortablemente en una institución que tanto bien podría hacer a las cristianas y los cristianos insulares, pero que se ha utilizado como dorado retiro de cocodrilos de la política. Nadie desperdicie la ocasión de leer el relato sobre la actitud del sociata Saavedra en el caso de la mujer desahuciada. Al que yo añado aquella cachanchanada de semejante velillo, cuando se quejaba porque una movilización popular impedía que llegara a su casa el taxi que debía transportarle a un concierto. El orondo Diputado del Común no podía caminar los tristes cien metros que le separaban de la circulación normal. o los mal contados novecientos que distan desde su choza veguetiana ("las Casas", se decía antaño) al Galdós. Son episodios que reflejan el sentido elitista, bon vivant, alejado del pueblo al que semejante tiesto dice haber dedicado su vida política. O lo de los otros, Alcaide, anterior ocupante del chollo; y Segura o Castro, futurosos. Quiténmelos de delante. Lo dicho. Este texto y otros muchos de tipos como Juan García Luján deberían ser estudiados en las aulas oportunas. A ver si de una vez la comunicación en Canarias deja de estar en manos de mercachifles. Y, por cierto; una vez más, gracias a TAMAIMOS por trasladar estas cosas. Nunca las mañas pierdan.

Participan Pedro Quevedo, diputado en las Cortes por Nueva Canarias, Juan Márquez, parlamentario en el Parlamento de Canarias por Podemos, Borja Rubio, Secretario de Organización de Somos Lanzarote y concejal de Arrecife, y José de León, miembro de la Coordinadora Nacional de Sí Se Puede. Presenta y modera José Miguel Martín, presidente de la Fundación Canaria Tamaimos. Seguidamente se dará paso a un coloquio con las personas asistentes al acto.

En las demasiadas ¡ay! ocasiones en que la magua por el futuro de nuestras islas se apodera del alma, una buena terapia es asomarse a los textos que ofrece TAMAIMOS. La mesura, la sensatez y el compromiso de esta gente -la que edita y la que publica- de TAMAIMOS reconforta y aporta ánimos para continuar en la brega. TAMAIMOS inicia el 18 con un editorial que constituye toda una declarción de principios que, quien no la asume, es, sin duda, un tiesto.