trazar la línea entre lo admisible y lo inadmisible es un tema complejo desde un punto de vista filosófico
Daniel Amelang López en PÚBLICO se u8ne al clamor enardecido quem protesta contra el doble baremo que utilizan ciertos jueces a la hora de calibrar la libertad de expresión. Consideran lícita la apología de un dictadura golpista y sanguinaria, pero persiguen a quién ose cuestionar lo que consideran valores permanentes. Ojo. Amelang sostiene que no es conveniente prohibir las fundaciones franquistas, sino que no es admisible tolerar unas expresiones de opinión, pero perseguir otras. Lo señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado y yo, Chema Tante, insisto en que, entre tantas cosas, si no se consigue de una vez una Justicia equilibrada, imparcial, sin fanatismos, seguimos igual que en 1975, en una dictadura inaguantable. Coincido con Amelang, todo lo que sea reprimir, tiene un efecto contraproducente y, sobre todo, se establece una línea imposible de definir. Libertad es la clave, pero libertad para todas las posiciones. Eso es Justicia, eso es Democracia, eso es Libertad. Y, eso es lo que nos falta.