El coherente veterano militante socialista Antonio Aguado señala men NUEVA TRIBUNA este documentado artículo de Cándido Marquesán en NUEVA TRIBUNA. Marquesán se apoya en un informe del CELAG y se acompaña de una carta del Pepe Mujica, para corroborar la certeza de que en Bolivia se ha perpetrado un Golpe de Estado, a cuenta de USA, para eliminar aun tipo como Evo que, igual que hizo Lula, se había enfrentado con éxito al neoliberalismo.

Así es. Cándido Marquesán en NUEVA TRIBUNA, inicia su texto inspirado en un libro de Renán Vega Cantor, con una cita de John Berger y Nella Bielski: “Uno debe llamar por su nombre a todo lo que ve. Nunca se deben ignorar las consecuencias. Esa es la única posibilidad de enfrentarse a la barbarie. Ver las consecuencias”, Insisto, así es. El libro de Renán se titula Los economistas neoliberales, nuevos criminales de guerra: El genocidio económico y social del capitalismo contemporáneo (2010). Y esa es la verdad que hay que gritar, una y otra y mil veces: el neoliberalismo es un genocidio. Y genocidas son los economistas que venden su conciencia al neoliberalismo, mintiendo, haciendo pasar como verdad revelada lo que no es sino una falacia para jeringar al personal, para que la gente rica se enriquezca más y más. Ojalá el economista neoliberal genuflexo Clavijo asumiera esto.

Esto no es ninguna broma. Sin citarlo expresamente, Cándido Marquesán Millán, en brillante texto que publica NUEVA TRIBUNA, apela al conocido dicho "El pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla" pero que la gente del psicoanálisis convierte en algo peor "quien olvida su historia, caerá en la locura". Y eso nos advierte, con toda la trágica razón, Cándido, partiendo de un artículo incluido de Santiago Alba Rico en  El Gran Retroceso. Un debate internacional sobre el reto urgente de reconducir el rumbo de la democracia. Porque estos pueblos que navegan en el estado español han olvidado, en una terrible mayoría, que es lo que pasó en la terrible etapa histórica que inició en 1936 la felonía franquista, que empezó, muy buena referencia de Cándido de una intervención parlamentaria de Joan Olòriz Serra, por asesinar a sus propios colegas, porque "nunca se había vertido tanta sangre de jefes militares, nunca tantos generales fueron fusilados como el 17, 18 y 19 de julio. De veintiún oficiales generales, diecisiete permanecieron fieles a la República, los seis generales de la Guardia Civil permanecieron fieles a la República, y, de cincuenta y nueve generales de brigada, cuarenta y dos se mantuvieron fieles a la República." Un artículo que debe ser leído por ntanta gente que en estos días se reviste con buena fe con la rojigualda, pensando que tiene toda larazón, cuando, por su desmemoria, está al borde la locura.

Alba Rico y Olòriz Serra

En NUEVA TRIBUNA, en¡unidoso texto de Cándido Marquesán Millán que conduce a una reflexión de mayor calado. Si este sistema, estas leyes, colocan en la ilegalidad inconstitucionalidad algo que es justo y razonable, es obvio que el sistema y las leyes tienen que revisarse. No es cuestión de defender la independencia o no, sino de defender los derechos y la democracia. Y yo, Chema Tante, recomiendo especialmente las sensatas palabras de Azaña, citadas al final del artículo.

Cándido Marquesán Millán trata desde NUEVA TIBUNA el grado de humillación supina  que ha llegado la gente de la politica y al de mayor relevancia social. Dice Cándido con razón que lo importante no son las condenas; ni siquiera el ingente montón de dinero saqueado. Lo importante es que esta gente que gobierna, que manda en las empresas, que se las echa por esos mundos está demostrando un bajísimo nivel moral. Y yo, Chema Tante, digo que esto que dice Cándido Marquesán es muy grave. Se trata nada menos que de que nos gobierna una banda de sinvergüenzas.

En NUEVA TRIBUNA y PÚBLICO, Cándido Marquesán Millán escribe, apoyándose en varias autoridades, sobre la estrategia básica del neoliberalismo, en su ofensiva para recuperar los privilegios perdidos por las personas ricas, tras dos siglos de lucha social. Una vez desaparecida la amenaza de ezportación de revolución (esto lo digo yo, pero no creo que Cándido disienta) que signficaba la existencia de la Unión Soviética, las personas ricas aprovecharon la oportunidad de una de las mil crisis del capitalismo, para lanzar el ataque total. Y el arma táctica ha sido desmontar el estado de bienestar, descender el ingreso laboral, las condiciones de trabajo y hacer crecer el paro. De esta manera, con el chantaje del desempleo y la miseria, la gente pobre no tiene más remedio que trabajar para la gente rica en condiciones cada día más precarias y por un dinero cada día menos. Cándido aporta como una de las soluciones la Renta Básica

Esto que argumenta Cándido Marquesán Millán en artículo de NUEVA TRIBUNA que recomienda Antonio Aguado, es evidente. Solamente la fuerza de la operación de comunicación de la prensa mercenaria y la incultura política generalizada impiden que la gente se percate de la realidad. El problema es que los partidos hegemónicos y su excrecencia oportunistas, Pp, PsoE C's, se empeñan en creer que basta con ignorar un problema para que éste desaparezca. Pero, lo quieran o no, los movimientos soberanistas están ahí y seguirán creciendo. La fiera tricéfala centralista no quiere reconocerlo y no sabe como manejarlo. Ese es el elemento que convierte en problema lo que debería ser simplemente un motivo de debate y de negociación.

Cándido Marquesán Millán firma este artículo en PÚBLICO que trata de la perfidia de los poderes económicos que se aprovechan del poder de comunicación que le permite su dinero, para presentar al neoliberalismo como la verdad suprema y a sus tesis, como dogmas incontrovertibles en teoría económica. Y, al mismo tiempo, esos poderes económicos, como dice Cándido, califican de radicalismo insensato toda iniciativa de resistencia al neoliberalismo.

ANDALÁN recupera este artículo de Cándido Marquesán Millán aparecido en NUIEVA TRIBUNA en diciembre pasado y que mantiene, lamentablemente, su actualidad. Y lo peor es que todo indica que esa actualidad persistirá durante un tiempo. Parece que vamos a estar en la obligación de seguir argumentando que la liberación será posible ganando las elecciones con votos. Y que esos votos solamente llegarán si las izquierdas se unen.