La casa de mi tía
No sé cuántos canarios participarán en el referéndum de Paulino Rivero y José Miguel Pérez. Yo no. Y no porque esté a favor de las prospecciones petrolíferas -a las que me opongo-, o porque esté de acuerdo con que este asunto lo decida unilateralmente el Estado -a lo que me opuse tajantemente en varios debates parlamentarios, cuando nadie sabía aún lo que pensaba un Paulino Rivero socio parlamentario en el Congreso del Gobierno Aznar que concedió las licencias a Repsol, y mucho antes de que a José Miguel Pérez se le ocurriera lo de aceptarlas “con los ojos cerrados”-, sino porque creo que con los procedimientos democráticos no se juega. Y con la Constitución, tampoco.